martes, 24 de noviembre de 2009

"Abu..."


Cuando falleció el abuelo, la abuela se negó de manera intransigente a vender la casa del lago a pesar de la insistencia familiar y de los bancos acreedores. Decía que su esposo volvería al término de un año. Pasado ese tiempo la he visto sentarse en la galería frente al lago y hablar muy animada durante largas horas día tras día.
A veces lo hacía cariñosamente y otras con cierto enfado, pero siempre que regresaba a la casa entraba con la mirada de una adolescente enamorada. En las pocas oportunidades que me atreví a preguntarle con quién hablaba, sólo me decía “- ¿Aún no lo ves? Ya lo verás... ya lo verás.” Y se dirigía a la cocina a preparar los dulces que más le gustaban a mi abuelo, y de los que para entonces disfrutábamos sus nietos y bisnietos.
Ha pasado poco más de un año que la abuela cerró sus ojos a nuestra vida. Y desde hace meses sé que esta casa no la venderé nunca.
Cada tarde me siento en la silla de la galería y los veo pasear cogidos de la mano por la alameda a orillas del lago. Hay días que sólo se miran acaramelados, otros hablan entre risas o escucho a la abuela regañando al abuelo pero siempre amorosamente. Como han sido sus vidas.
Me doy cuenta que mis hijos mayores no los ven y pienso “ ya los verán”. Por ahora es un secreto que comparto solamente con mi hijo menor que al verlos se sonríe y estirando su mano regordeta balbucea “ Abu... abu...”
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Otros con la silla del lago

lunes, 23 de noviembre de 2009

"Una y otra vez"

Ausencia,
inmenso espacio vacío.

Te encuentras detrás de la bruma.

Siento tus pasos
deambulando tras la cortina,
inseguros,
vacilantes.

Y te animo.

Cuando surges
llega el abrazo amoroso,
las confesiones a media voz,
la caricia indiscreta.

Al alejarte,
te sumerges en la niebla
con la sonrisa de siempre.

Entre mis manos
late tu perfume y tu piel.

Indiscreto
me acerco al borde
de la locura.

Mi deseo
como un faro inestimable,
indica el camino de regreso
una y otra vez.

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Otros que comparten foto
http://nuevepuertas.wordpress.com/2009/11/24/la-bruma/

http://visionesdelaluna.blogspot.com/2009/11/experimentacion-locura.html

viernes, 20 de noviembre de 2009

"Angels" "Boylovers" "Lolitas""

Siente,
tú mismo
en cuerpo infantil
desnudo y expuesto
de manera escabrosa
obscena,
que nadie robe
su inocencia
ni agríe su sonrisa
es tu hijo
y el mío.


Basta de pornografía infantil, no al maltrato de los chicos. Dejen de consumir niños.
Si estás buscando:
"ANGELS" "BOYLOVERS" "LOLITAS" "GIRLLOVER" "PRETEENS" "BOYBOY"

Te vas a topar con mi post y el de muchos blogs más.

jueves, 19 de noviembre de 2009

"Guardar silencio"



Me llaman autista aunque no lo soy. Algunos lo repiten sin siquiera saber qué significa. Yo no hablo, pero ellos han hablado mucho acerca de mi silencio. Hay quienes sostienen, con mucha sabiduría, que es una malformación de la garganta, que ha sido un susto cuando pequeña, que es la angustia del día que se marchó mi padre que aún me oprime la voz. Los más leídos dicen que es genético y los menos que soy boba, sin más.
La realidad es que me niego a hablar. Me niego a hablar de la moda, de la lluvia de ayer o del vecino que no deja la basura en el lugar adecuado.
La gente ya se ha acostumbrado a mi silencio. La mayoría no se dirige a mí, algunos lo hacen contando con que no voy a contestar. Otros se han empecinado en sacar una palabra de mi boca, ésos son los que más me molestan. Podría cambiar de pueblo, no hay nada que me ate a permanecer en éste. Pero eso sería peor, aquí ya se han acostumbrado a mí después de mucho tiempo y aunque no lo entienden, gran parte de los vecinos conviven sin importarles.
¿Por qué no se respeta el silencio de los otros? ¿Por qué hay que llenar los espacios con palabras? Palabras vacías, huecas, sin compromiso.
Hablar, hablar, decir, decir.
La gente habla hasta estando sola, no soporta el silencio.
Aquel día leí la siguiente frase: “Si lo que has de decir no es más importante que tu silencio, no lo digas”
Desde entonces he encontrado muy pocas palabras más importantes que mi silencio. Y ya estoy hablando demasiado, nada más que agregar. (Silencio)

jueves, 12 de noviembre de 2009

"Ante ti"


“siento impropia mi vestimenta
y me desnudo
siento impropio mi bello
y me rasuro
siento impropias mis palabras
y me callo
camino de puntillas por no dañar
tu silencio”

lunes, 9 de noviembre de 2009

"El viaje"

Rafal Olbinsky
Con mis amigas decidí pasar unas vacaciones inolvidables y así las preparamos. Luego de ver varias opciones nos decidimos por México.
“Eso estaría muy bien” pensamos todas, ya que reúne la posibilidad de hacer turismo durante el día y tener lugares de ocio nocturno.

Allá nos fuimos con una larga lista de recomendaciones familiares, aún cuando somos todas mayores de edad ninguna pasa los 21 años.

Desde el primer día decidimos salir a disfrutar al máximo. Nos instalamos en el hotel y dimos un paseo por la ciudad para contratar nuestra primera excursión para la mañana siguiente, “Las ruinas de Tlaxcala”. Durante esa mañana conocimos un grupo de jóvenes canadienses que nos invitaron para ir a una disco que se encontraba fuera de la ciudad. Esa misma noche, después de la ceremonia de preparación, risas y embellecimiento fuimos al encuentro de nuestros nuevos amigos en un bar céntrico y de ahí nos trasladamos a la disco, que se encontraba a media hora de coche del centro de la ciudad.

Ahí nos reunimos con otro grupo de jóvenes aparentemente todos conocidos de Johnny. No tardaron en llegar las primeras copas, yo en la disco sólo bebo agua. Allí estábamos disfrutando de bailar cuando Yurena, la hermana de una de mis amigas, se empezó a sentir mal, yo seguí bailando con Johnny mientras todo el grupo se alejó hacia unos asientos donde sentaron a Yurena tratando que se recuperara de su malestar. Pocos minutos después fui yo quien se agarró con fuerza del brazo de mi acompañante para no caerme debido a un fuerte mareo. Éste amablemente me ayudó a llegar hasta un sillón a un lado de la pista de baile. En cuanto apoyé la cabeza y cerré los ojos estaba en otro sitio, exactamente en la biblioteca de la universidad. Me sentí mareada, no entendía qué hacia ahí.

Fue la voz de Johnny invitándome a salir a tomar aire fuera la que me trajo a la realidad. Acepté su invitación y me deje llevar, en ese momento mi voluntad era cero. Empezamos a andar por la disco hacia la salida cuando me vi nuevamente dentro de la biblioteca esta vez caminando en círculos y de pronto caminaba por unos pasillos oscuros y estrechos donde había cajones con botellas vacías apilados sobre una de las paredes y vuelta a la biblioteca. El aire fresco y el sonido de la puerta lateral de una furgoneta me trajeron a la realidad, vi a Johnny invitándome a subir al vehículo y así lo hice. Al apoyar la cabeza en el asiento ya estaba nuevamente en la biblioteca, pero esta vez delante de mí había un gran pez de colores fosforescentes, flotaba o nadaba en el aire, no sé como decirlo, en realidad volaba haciendo los mismos movimientos que haría en el agua pero desplazándose en el aire. Giró varias veces a mí alrededor, y dio una vuelta violenta pegando en mi cara con su cola, y otra vez y una tercera vez aún más fuerte que me llevó a abrir los ojos.

Delante de mí varios hombres me indicaron que saliera de la furgoneta y me llevaron a una habitación dentro de una casa, no pude ver a Johnny ni preguntar qué era lo que estaba pasando. Me acostaron en una cama grande y volví a mi pez. Este se movía con gran rapidez y ahora la biblioteca ya no se parecía a la universitaria. Con un coletazo bajó uno de los libros y del mismo modo lo abrió por la mitad. Entendí que quería que lo mirara y al acercarme pude ver escrito en letras rojas bien grandes la palabra “Danger” cogí el libro y di vuelta a sus páginas, en todas decía lo mismo, Danger, Danger, Danger, Danger. El pez se acercó y me dio dos fuertes golpes con su cola en la cara, abrí los ojos y un señor me ofrecía una barra de chocolate y café. Me ayudó a tomar la infusión y pensando que necesitaba recuperarme, poco a poco tragué la barra de chocolate como pude.

Escuchaba voces de hombres discutiendo por dinero en otra sala y me preguntaba dónde estaba, ¿dónde están mis amigas? ¿Johnny? El hombre del café salió y regresó trayendo un vaso con agua que bebí ansiosa, sentía mucha sed.
Inmediatamente estaba nuevamente en la biblioteca con mi pez volador, éste no paraba de sacar libros de los estantes y abrirlos por páginas que sólo decían “Danger”.

Mientras mi mente seguía inmersa en la biblioteca sentía manos que acariciaban mi cuerpo a la vez que me despojaban de mi ropa. Sentí el peso de un cuerpo sobre mí metido entre mis piernas, pero nada podía hacer yo para evitarlo. Luego otro y otro, sólo cambiaban los olores, a veces a tabaco a whisky o a tequila mientras las manos no paraban de tocarme.

Dos coletazos violentos me llevan a abrir los ojos, nuevamente el señor del café frente a mí. Ahí estaba yo, sobre la cama tapada con una manta y al mirar debajo me vi desnuda y con hilos de sangre sobre mis piernas, comencé a gritar con desesperación. Al instante entraron dos hombres que me golpearon y me amenazaron hasta que me callé. Otro café, otra barra de chocolate y otro vaso de agua que esta vez me obligaron a tomar y de nuevo inmersa en la biblioteca con ese pez mientras mi cuerpo soportaba pesos que iban cambiando y sentía las manos que no paraba de hurgar en él.

Ahora estoy sentada en una gasolinera de la carretera esperando que venga la policía por mí. Según la fecha que me ha dicho la señora de la tienda, creo entender que han pasado diez días desde la noche de la disco. En la gasolinera dicen que llegué así, como estoy, desnuda, tapada con una manta, golpeada y ensangrentada. Yo no doy crédito a todo esto, no sé donde estuve ni qué pasó.
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Los otros colegas de viaje: