martes, 9 de junio de 2009

"Dejarse ir"

Jan Saudek
Abandonarse, cerrar los ojos hasta que este golpeteo
rítmico del pecho se detenga.
Que el desaliento acabe con el aliento.
Que la tierra consuma lo que creó.
El augurio del descanso tienta al más creyente, sobra dolor, falta valor y comprensión de lo uno o lo otro.
¿Por qué? ¿Por qué? Martilla la pregunta sobre la piedra muda del destino.

8 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Algún día.
Estos días sólo oigo, leo y veo muerte.
No sé que ocurre.

Saludos.

Anónimo dijo...

Por cansancio
por hastîo, desazôn, desesperaciôn.
Por no decir, por dejar hacer, por callar, por dejarse vencer en los dîas vencidos, o cuando nos vence el ànimo.
Un beso de aliento.

Anónimo dijo...

Quédate!!!
Besos.

Zayi Hernández dijo...

si las cosas tienen solución ¿para qué preocuparse?...y si no lo tienen...¿para qué preocuparse?... no te dejes derrotar por nada, alomejor no soy un buen ejemplo pero todos los días intento seguir adelante...reconstruyendome de las cenizas...no hay nada que no podamos hacer...
He estado leyendo por aqui y por allá tu blog, me he quedado muda leyendo algunas cosas que cuando pueda leer en paz y no esté tan comprometida con ello ( es que hay mucho que se parece a alguna historia que me han tratado de encajonar sin éxito) te comento, así que no te extrañe que todo los días aparezca algo de mi por ahí ;)
besitos y ánimo!
no me gusta que la gente sufra..así no la conozca, me deja alicaída...así que otro beso más con morisqueta incluída para que te rías ¿vale?

Lunática dijo...

A veces el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que nos se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso sin buscar respuestas. No las hay. El destino es mudo y "dejarse ir" hoy, es resignarse a que la tormenta pase.

Bss.

Mar dijo...

Sobra dolor, sí, mucho, pero no puedes dejarte ir.

Saludos.

Yulii ♥ dijo...

estos ultimos días he visto y escuchado mucho sobre dolor, muerte, sangre y lágrimas...

ya que acabe todo esto!

un beso

lindo blog!!! te leo

besos rOsas

María dijo...

Cerrar los ojos para respirar oxígeno,
para limpiarnos de brillo,
de fuerza y energía.

Cerrar los ojos para evadirnos
del peso de los problemas,
del cansancio
para invadirnos de paz.

Cerrar los ojos para escuchar
los latidos del corazón,
para dejarnos llevar por el silencio.

Un beso.