jueves, 28 de mayo de 2009

"De los malos tratos"


Sé que cuando leas esta, no creerás que hablo de ti. Sé que no puedes verte como un maltratador, pero es verdad lo que dicen mis amigas, repites el esquema tensión, agresión, culpa, a la perfección, como todo lo que haces. Imagino tu cara de sorpresa al leer esto “¿Yo? Si nunca te he pegado” y es verdad. A veces me pregunto cuándo será el día que alces tu mano y la descargues sobre mí. Pero no, tu pulcritud te impide hacerlo, o quizás tu estatus aristocrático. Tú, me agredes sin tocarme, cada vez que te avergüenzas de mí, cuando te burlas de lo que pienso o lo que siento, sin comprender, que bajo este cuerpo gordo y robusto, del que a veces te ríes, hay un ser pequeño y sensible, que muere de sed cada vez que le niegas un “te quiero” a su corazón reseco. Me maltratas cuando ocultas nuestra relación o me presentas como si fuera una conocida que te acabas de encontrar en el parque. Cuando te vas dando gritos o sin decir nada, dejando el portazo como la última palabra, tu verdad absoluta, que precede el silencio al que me someterás durante días, sabiendo lo mucho que anhelo tu voz. Me maltratas cuando cambias los planes que acordamos juntos, sin siquiera consultarme, sin dar explicación, y yo acepto en silencio, porque tus verdades son únicas, privadas, indiscutibles.
En situaciones como la de esta noche, he llegado a pensar que si me pegaras, me dolería mucho menos. Tanta ilusión me hacía esta fiesta, tanto tiempo sin salir juntos a ningún lado, una noche de gala me parecía una oportunidad especial para reencontrarnos y hacer algo distinto, ¿qué pasó al llegar? ¿yo era la única gorda? ¿a mí no me lucía el vestido de noche como a las otras? ¿qué pasó... qué pasó?
Cuando diez minutos después, hiciste llamar un coche, amablemente me invitaste a subir, cerraste la puerta diciendo “la noche no está para que tú te quedes” y me enviaste a casa, ahí, en ese momento, sentí que me moría. Sé que el informe oficial pondrá otra hora, pero no, el forense se equivoca, fue en ese instante... en que morí.

12 comentarios:

Sr. Miyagi dijo...

Bien contado, Angel. La situación que describes es, por desgracia, reconocible. El maltrato psicológico es un fenómeno, me temo, inherente a la naturaleza humana, aunque a veces se desarrolle y otras veces no. Se da de hombres a mujeres, de mujeres a hombres, de padres a hijos, de compañero a compañero... Y, ciertamente, hay personas que por sus características son más vulnerables a él. Lástima de la gordi. Si yo me la encuentro en semejante tesitura, la hubiera invitado a tomar la última en mi casa, no sin antes afear la conducta a semejante gilipollas. Buen relato.

Anónimo dijo...

No puedo comentarte, esta vez, me sobrecogiô una lluvia de "je ne sais quoi", y mis ojos se cubrieron de una gran espesura.

Un beso, por tan gran post.

Lunática dijo...

Ya había muerto mucho antes. Lo hizo, la primera vez que permitió que la otra "persona" llamada "amor" la degradase y mantuviera, hacia ella, la esperanza del reeencuentro.

Celsa Muñiz dijo...

Me gustó la idea de la carta haciéndole ver que es un maltratador, ya que los maltratadores psicológicos (o maltratadoras) rara vez se reconocen como tales.

No obstante, creo que has cargado las tintas con tu personaje maltratador. Ya sé que en la vida real los hay aún peores, pero en ficción resulta poco creíble que él sea tan malo-malo-remalo y ella buena-buena-rebuena.
Me explico: ¿qué hace ella cuando la mete en un taxi y la manda a casa mientras él continúa en la fiesta, o cuando la presenta como una conocida y etc? ¿No protesta?, ¿no le grita?, ¿no le insulta?, ¿no hace nada de nada? ¿Se va como una niña buena sin una réplica? Entendería que se callara si temiera un bofetón, pero dices que no le pega.
No sé..., quizá hubiera sido más creíble con acciones más sutiles.

Es el problema de la ficción, que todo tiene que tener una "causa de necesidad" para que resulte verosimil. Te lo comento porque precisamente en mi última entrada caí en la misma trampa que ahora te comento (lo borré y lo tengo en el taller de reparación, jejej)

Me gusta mucho la imagen que has elegido para ilustrar el relato. Esa desproporción entre la mano del maltratador y la mujer empequeñecida está genial.

TORO SALVAJE dijo...

La has clavado.
Ese tipo de maltrato es casi tan inhumano como el otro.
O peor.

Saludos.

María dijo...

No se cuál es peor de los dos maltratos, si el maltrato físico o el psíquico, porque éste último, no se ve, pero queda huella interna psicológica.

El sentirse presionado, acosado, humillado, el que te hagan sentir menos que nadie y ser una auténtica mierda etc.

Tú lo has escrito genial, un buen post, me ha gustado mucho la forma de narrarlo.

Un beso.

El Ángel... dijo...

Gracias Sr Miyagi, un abrazo.

Eva, Je le sens, disculpe-moi, un baiser,un sourire.

Es feo Luna permitir que te degraden, pero a veces...

Ok Sinuosa, tomo nota e intentaré tener presente estos justificativos de la historia y de las psicología de los personajes. Me sirve tu comentario para crecer. Gracias. Besos.

Toro y María gracias por vuestras palabras. Un saludo.

Tristán dijo...

Estimado "El Ángel", con esta epístola me atrevo a dirigirme a ti. En ella te comunico mis sensaciones al leer tu texto.
Creo que el desconcierto que la realidad produce es proporcional a la apertura del corazón y de la mente con la que nos acerquemos a ella. Desde mi punto de vista, creo que tu texto de maltrato psicológico se enriquecería con una visión de los quebraderos de cabeza y de la personalidad del hombre que infringe dicho trato. En estas situaciones, ambos, hombres y mujeres, establecen un vínculo patológico digno de ser analizado de forma conjunta.
Saludos.
(PD: Buen texto).

El Ángel... dijo...

Hola Tristán, bienvenido a mi blog, te agradezco mucho tu comentario, al respecto te diré que comparto tu opinión del vinculo patológico en dos personalidades patológicas, la observación del enriquecimiento que daría al texto el desarrollo de la psicología de los personajes y las situaciones, ha sido dada también por otros colegas en este y en otros post, se ve que debo mejorar en ese aspecto, sigo trabajando, y será un gusto verte entre los que visitan este espacio.
Un saludo.

Gretel dijo...

duele, pica, escuece...

...luego está vivo el texto, porque nos hace sentirnos vivos a quienes lo leemos.

María dijo...

Gracia a ti Angel, por tus cálidas palabras dejadas en mi blog.

Feliz tarde, feliz comienzo de semana, felices momentos.

Un beso.

Zayi Hernández dijo...

cuando la leí hace un rato, me quedé de piedra...de verdad que me gustaría comentarte algo, pero la emoción me puede...simplemente es muy real, sólo eso...la has logrado con muchisima perfección.
besitos.