lunes, 1 de junio de 2009

"Totuma"


Pueden leer los relatos que los demás compañeros han escrito sobre la misma foto pinchando los siguientes links:
http://visionesdelaluna.blogspot.com/
http://correrescosadecobardes.blogspot.com/
http://lotofagosynenufares.blogspot.com/
http://spulzeer.blogspot.com/
http://nuevepuertas.wordpress.com/



Su pesado paso dejó una huella imborrable. Asoló la zona a su antojo durante años. Semana tras semana, al grito de “viene Totuma”, hemos corrido dejando la aldea vacía que él destrozaba en su andar. Totuma era llamado así por la cantidad de estos frutos que era capaz de comer. No era habitual, pero alguna vez se ha llevado una o dos de nuestras mujeres, de las que no hemos vuelto a saber nada.
Con el tiempo aprendimos a conformarle, duplicamos nuestro trabajo en el campo para alimentarle y preparamos enormes arreglos frutales que dejamos a la entrada de la aldea.
Aquel día, como todas las semanas, estábamos preparando nuestros presentes, pero por algún motivo, esa mañana se adelantó su llegada. Corrimos al sentir temblar la tierra por sus pasos, corrimos todos, menos Mara, una joven y hermosa doncella que permaneció de pie junto a los platos gigantes cargados de centenares de frutos. Mara, era la más bella y la más rara de las jovencitas que vivían en nuestra aldea, no parecía pertenecer a este mundo. Era una soñadora que no paraba de decir que ella había sido enviada aquí, para cumplir una misión muy importante que aún no sabia cual era. Él se sorprendió al verla allí. Se inclinó dando un último bramido, quizás esperando ver correr a la joven. Ella, se mantuvo en pie mientras el aliento de Totuma arremolinaba sus cabellos rubios y mirándole a los ojos, le susurro, “te quiero”. También cuentan los testigos que Mara desnudó su hermoso cuerpo ante él. Totuma quedo desorientado y suavemente con su mano de gigante cogió a la doncella apretándola contra su pecho. Él permitió que ella metiera sus manos en su cuerpo y acariciara su corazón. En ese momento, ambos quedaron petrificados.
Con el tiempo, la gigante estatua de los enamorados se fue deteriorando y cayendo a grandes trozos. Hoy solo queda un pie de Totuma a la entrada de la aldea, quizás, para recordarnos su paso.
Los ancianos explicamos a los jóvenes que ha debido ser así, para poder perpetuar la unión en el tiempo, que las almas de Mara y Totuma permanecen juntas al otro lado de este mundo y que Mara dio su vida para enseñarnos que solo el amor podrá detener a los gigantes que asolan esta tierra.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu relato es el que màs me gustô. Bella historia de amor. Sacrificio, totems, parece una leyenda ameroindia.
Luego me gustô el de visiones de luna y el de sulzeer.
Me quedo con el tuyo. Me gustô como llevaste el relato desde el principio hasta el fin. Con sencillez y como en una vieja leyenda.

Un beso, lindo angel.

Lunática dijo...

La idea de tu texto es agradable y sencilla de leer. Creo que el final podría escribirse con otras palabras para darle contundencia.
Saludos.
(PD:eva-zarzamora, gracias por leerme)

R. Alzala dijo...

Me parece un correcto ejemplo de cuento tradicional escrito en la modernidad que nos proporciona habitar estos días.
Viajé a ese paraíso que habita en la memoria, hacia la leyenda de los ancianos, Totuma, Mara (en lo personal me encanta el nombre), el pacto, el destino, el paso del tiempo...
Viajando hacia el manto terrestre:
la parte del encuentro se me antojó demasiado apresurada, claro que es una historia contada (que tampoco se detiene en detalles como buen cuento tradicional), pero en ese punto de unión se concentra el escrito y no sé, sentí algo parecido a la ternura y me hubiese gustado disfrutarla más (desde el egoísmo de mi yo-lector).
Alguna tilde y poco más.
Disfruté el viaje.

El Ángel... dijo...

Gracias Eva por tu visita y comentario, sí la idea era que pareciera una leyenda.
Besos, nos seguimos leyendo.

Hola Lunática, me gusta te agradara el texto.
Besos

R. Alzala, gracias por tu comentario, creo que tienes razón, el encuentro se resuelve demasiado rápido quizás ahí debí entrar en más detalles. Ya corregí las tildes.
Un abrazo.

El Ángel... dijo...

Gracias Sr Miyagui por tu comentario, ha sido muy útil para mí.
Un abrazo

Zayi Hernández dijo...

que historia más linda... siempre me gustó el estilo de Amalivaca... esas cosas...pero esto es muy hermoso.
besitos.