lunes, 27 de julio de 2009

"Milagros"


Caminábamos unos pasos por detrás del tío Osvaldo cuando una mujer vestida de blanco se interpuso en nuestro camino y nos apretó contra su regazo, a continuación un estruendo ensordecedor, una luz cegadora y fuimos empujadas al suelo. Empecé a sentir un fuerte ardor en todo el cuerpo, vi a mi hermana con la ropa en llamas y gente que se abalanzó sobre nosotras y nos golpearon con sus chaquetas y luego corrieron hacia otros dejándonos en el suelo.

La policía no creyó en nuestro relato, la abuela sí y ya en privado nos pidió lo contáramos una y otra vez con lujo de detalles...

A nuestro alrededor gritos, cristales rotos, tiendas en llamas, gente deambulando perdida y otros por el suelo aullando de dolor, había quien ya no se movía, brazos y piernas separados de los torsos y el humo que salía de los cuerpos incluso de los nuestros y el río rojo en toda la calle... un río rojo... eso había a nuestro alrededor.

La abuela siempre dijo que fue un milagro. Así lo sigue contando hasta el día de hoy, “Un milagro”.

Quise buscar a mi tío pero la mujer del vestido blanco reapareció entre nosotras, calmó nuestro llanto y me dijo que mi tío seguramente estaría bien, nos cogió nuestras manos y nos sacó de allí. Con voz angelical empezó a cantar una canción que nos fue enseñando verso a verso a medida que caminábamos...

Cuando lo conté, la abuela se puso pálida y se tuvo que sentar, luego me pidió que volviera a describir a esa mujer.

Nos detuvimos en una plaza un momento a descansar, ella con sumo cuidado, fue quitándole la ropa a mi hermana sin dejar de cantar, vi como la piel se despegaba junto con la ropa dejando la zona en carne viva, otras partes estaban con llagas y ampollas y algunas muy enrojecidas, también vi como la piel se curaba de inmediato en el momento que ella pasaba su mano sobre las partes afectadas...


“Un milagro” seguía repitiendo la abuela mientras corría al cajón donde nunca se nos dejaba tocar, donde guardaban las cosas importantes, revolvió un rato entre papeles y viejas fotos.

Luego hizo lo mismo conmigo, tenía una voz hermosa y su cuerpo olía a jazmines, pude apreciarlo cuando nos abrazó fuertemente diciendo que nos quería, nosotras también nos abrazamos fuerte a ella, sentí que la quería...

Por fin, trajo una foto en la que había una pareja en su día de bodas, esa era la mujer, allí estaba vestida de blanco. La abuela me contó la historia de esa pareja, mi historia, por primera vez me hablo de ellos y del accidente que habían sufrido a poco de nacer mi hermana...

Desnudas pero sin rastro alguno de lo sucedido en la piel seguimos caminando de su mano y cantando. Cuando los policías detuvieron su coche frente a nosotras bajaron y preguntaron que hacíamos por ahí caminando solas a esa hora, me giré para decirles que estábamos con ella y ella ya no estaba, entonces les conté lo que había pasado frente al centro comercial y nos llevaron a la comisaría, nos hicieron preguntas, nos dieron ropa y comida, la abuela no tardo en llegar, nos abrazó entre lagrimas sin parar de preguntarnos “¿Dónde habíamos estado...?¿Dónde habíamos estado...?

Encontraron el cuerpo del tío Osvaldo y llevaban dos días buscándonos a nosotras, eso es algo que aún no puedo explicar, ni como aparecimos tan lejos del lugar donde sucedió todo. Sí, era ella...
A pesar de los años que han pasado mi abuela cada vez que habla de esto sigue diciendo entre lagrimas "Un milagro, un milagro”
Sí, era ella...

domingo, 26 de julio de 2009

"Mareas"


como la Mar
te acercas
te alejas
a tu ritmo
a tu hora
deseoso
espero
inmerso
en mi locura
de lágrimas
sofocadas
recibo la caricia
de tu espuma
miles de burbujas
que se esfuman
de tu sabor
sediento quedo
suplicante
frente a la Luna

martes, 21 de julio de 2009

"Silencio"



Siempre he buscado el silencio sin hallarlo en ningún sitio. Por mucho que viajé no he dado con él. Durante años busqué en lo alto de las montañas y encontré sonidos, quizás ecos de silencio y voces que aunque lejanas tenían mucha presencia. Renuncié a mi búsqueda. Bajé al valle y las voces crecieron y se mezclaron con la gente en los mercados, en las fiestas de los pueblos llenos de música y danza. Dejé que mi cabeza se llenara de palabras del pasado y del presente, me metí de lleno en el mundo que había evitado durante años, fui inundado por el ritmo de los instrumentos, bailé, bailé, bailé... y fue en ese instante cuando se hizo el silencio total.

miércoles, 15 de julio de 2009

"Condenada"

Dali "Geopoliticus"
Mi cuerpo, condenado a "la escudilla de cobre" conoce de nuevas galerías que roes lentamente. Inconsciente, te dejé entrar. Caminas abriéndote paso a través de mis carnes todavía rojas, hasta dejarme vacía, con una pulsión interna que ya no seré yo, serás tú.


lunes, 13 de julio de 2009

"Reencuentro"




¡Santo Dios! Puntual, siempre a las once.

¡Dios Santo! Que guapa está, como siempre. Aún hoy cuando la veo me enamoro, cuesta comprender por qué no pudo ser. Y sigo preguntándome y no, que no hay respuesta. Quizá la situación económica, o el estatus general, o que sé yo.

No has perdido la profundidad de tu mirada, siempre me gustaron tus ojos, todo tú. Que pena no pudiste esperar por mí. Nunca entendiste mis necesidades.

“No nos entendemos”, ante cualquier diferencia tú decías que no nos entendíamos, y no era cierto, yo te comprendía como nadie te puede haber comprendido nunca, y me abrí a ti para que tú también vieras mi alma y te amé profundamente y me amaste. Por eso no lo comprendo, porque sé que amaste.

Estúpidamente siempre creíste que me sentía superior por mi condición, no era así, nunca fue así, pero tú no lo aceptaste. Fuiste el hombre que me hizo sentir mujer, fui valorada, cuidada y mimada como nunca lo hizo nadie, pero no lo entendiste. Quizás tu orgullo te llevó a tomar distancia.

Podíamos ser felices, lo sé, teníamos una oportunidad pero no quisiste. Simplemente primaron otras cosas. Estuve muy enfadado contigo, ya no, los años curan pero no apagan el deseo de amar y ser amado y cuando te veo...

Esperé tu regreso día tras día, maldito seas, solo te pedí un poco de tiempo para aclarar mis ideas, mis sentimientos confusos por esos tiempos.

Me pararé frente a ti y te diré que no pude sacarte jamás de mi corazón, que he andado toda mi vida llevando tu recuerdo en la piel, tus besos en mis labios, y el sonido de tu voz diciendo “te amo”, en mi alma. Se reirá de mí. Menos mal que ahora mira hacia abajo, supongo que al verme me reconocerá, en realidad no lo sé.


Me encantaría cogerte de tus gastadas solapas y decirte que te amo, que siempre te he amado aunque tú no lo creas, decirte que aún me estremezco ante el recuerdo de tus manos recorriendo mi cuerpo. Tenerte cerca me trae el olor de tu cuerpo y te evoco. Al verle se me va el alma con él. Debería detenerme ante ti, pero no soy capaz, seguro que no me reconoce, quizá mañana.

Pero hoy no, mejor esperaré a mañana a las once. Mi alma se va contigo amor mío.

- ¿Bailamos?
- Bailemos.


Pueden leer los relatos que los demás compañeros han escrito sobre la misma foto pinchando los siguientes links:

http://visionesdelaluna.blogspot.com/2009/07/verdad-inventada.html

http://nuevepuertas.wordpress.com/2009/07/13/lo-inevitable/#more-3884


sábado, 4 de julio de 2009

"Ella, Él"


Ella llegó y mientras tomaba el café que él le sirvió no paró de platicar. Relató las vicisitudes de su día de trabajo con lujo de detalles. Lo típico de una oficina, las órdenes del jefe, los comentarios de la envidiosa de facturación, las miradas del cerdo de la limpieza, que se demora en recoger la papelera de su escritorio sólo por mirarle las piernas.
Ella habló de todos ellos pero no habló de ella, que era lo que esperaba él.
Él escuchó en silencio las historias ya conocidas y luego hizo suyo el turno. Contó su día, la tarea compartida con los colegas, las gracias de Chano, lo complicado que se presentaba la semana de trabajo y se explayó detallando la conversación que tuvo con un amigo.
Él habló de todo eso pero no habló de él, que era lo que esperaba ella.

miércoles, 1 de julio de 2009

"De tu alma"

Se sumerge el alma en intrincados laberintos que ella misma no comprende.

La pegajosa cotidianeidad que corroe mentes y cuerpos de manera inefable.

Amores, que transmutan en pasiones engañosas, en desiertos lascivos, en deseos vacuos.

Sin sentido se desgrana el rosario cada día y se lleva el pan a la boca.

El tedio como excusa, oculta la cobardía.