Ya no recuerdo cuanto tiempo llevo aquí.
No me refiero a esta playa ni a este momento. Hablo del pueblo costero.
Siempre lo mismo, siempre lo mismo.
Quizás no fue una buena idea dejar la casa del bosque. Allí al menos podías perderte entre los árboles. Jugar con las monedas de sol que caen de las ramas. Encontrar tu pequeño espacio de intimidad en los claros obscuros que regala el pinar.
Aquí el sol te machaca de frente.
Sola con mi fiel compañera, repito día tras día los mismos pensamientos, el mismo camino, la misma soledad.
Las olas de hoy, igual que las de ayer ante el infinito invariable; como mi destino.
Las agujas del reloj clavadas en el tiempo, como la gente y el olor del pueblo y el agobiante calor de la arena apenas aliviado por la brisa de la tarde.
Las caras y los gestos se repiten.
Siempre lo mismo, siempre lo mismo.
Hoy, la única diferencia, es que estás tú dispuesto a inmortalizarme.
No sonrías ni intentes agradarme.
Saca tu foto y vete.
Estoy dispuesta, antes a mostrar mis dientes, que a mover el rabo.
5 comentarios:
Y el tiempo pasa, y las agujas circulan, y permanecemos en la vida, unas veces solos en nuetra propia reflexión, otras veces rodeados de compañía... es la vida, con momentos buenos y menos buenos, pero es la vida, y las circunstancias las que nos rodean y nos hacen vivir, sentir, reir y llorar.
Un beso.
Me llevo el enlace de tu blog al mío para colocarlo en la lista de mis blogs favoritos.
Feliz tarde, y muchas gracias por pasarte por mi rincón, muy agradecida.
en realidad me gusta todo lo que has publicado, y algo que me impresiona, es la concordancia con el contenido de las imágenes y la calidad de estas.
Las imágenes son de la red,
la concordancia, una búsqueda paciente,
y a veces encuentras...
Abrazos
Gracias María, alegra saber que andas por aquí. Yo también te visito, y lo disfruto.
Otro beso para ti.
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