sábado, 9 de mayo de 2009

"Martes por la tarde"


Hoy, como todos los martes a la cuatro de la tarde desde hace años, soportaba el peso de él. Los cuerpos chocaban uno contra otro, desnudos sobre la cama, las caderas se movían torpemente y a momentos, acompasadas. Con los años, ella había aprendido a obviar su torpeza y su falta de cuidado, él apoyaba la cara contra el cuello, hundía su cabeza en la almohada y mientras la mordía, sacudía su cuerpo sobre el de ella, que simulaba unos gemidos de placer mezclados con el rechinar del muelle y los golpes del cabezal de la cama contra la pared, al mismo tiempo pensaba que con el paso de los años, este momento cada vez se demoraba más. Finalmente, él contrajo todos los músculos de su cuerpo y gimió ahogadamente, ella por acompañarlo, aumentó el volumen de su voz y lo abrazó con más fuerza.
Sin demoras se empezaron a vestir, él como siempre, repitió los chistes con respecto a su reciente actuación y ella rió, también con la risa de siempre.
Como hacia desde hace años, lo acompañó hasta la puerta de la calle y lo miró como quien despide a su amor imposible. Él metió su mano en el bolsillo y le entregó el dinero que ya traía separado. Ella lo guardó en su canalillo, sabiendo que él dirigiría allí su última mirada.
Lo despidió con dulzura hasta el próximo martes e íntimamente deseó que no fuera a fallar, era el único cliente que le quedaba de aquellos años de juventud.

9 comentarios:

Manuel Pérez Lorenzo dijo...

Ola
Hai uns días escribín o seguinte comentario ao texto "Sada", pero como xa estaba atrasado, se cadra non o viches. Déixocho aquí:

Antes de nada dicir que o texto pareceume sensacional. Son de Sada, e hai algún tempo que estou desenvolvendo unha investigación sobre a II República e a represión, e máis concretamento sobre J. A. Suárez Picallo. Agardo que saia algo publicado en breve. Ademais, José Monzo é o meu bisavó.
Desconcertoume o uso de datos históricos e agradoume moito, porque é outro xeito de achegarnos ao pasado. Descoñezo se empregaches documentación primaria para o relato, por exemplo sobre o de Monzo en Miño ou sobre a organización da resistencia, e gustaríame poder contactar contigo para intercambiarnos información.
Saúdos,
Lito

Lunática dijo...

Cada martes, a las cuatro, cerraba los ojos y deseaba no abrirlos.
Cada choque de su cuerpo, con los ojos cerrados, hacía al sufrimiento demasiado grande.
Se dejaba hacer y, cada clímax, fingido, dolía.
Y el dolor pasaba como si nada pasara, mientrás la Soledad permanecía con su presencia, agudizando el gemido del miedo que golpeaba cada despedida.
Cada martes, a las cuatro, quisera estar muerta...
Cada martes, a las cuatro, cerraba los ojos buscando la magia de la vida en la añoranza del ayer...

El Ángel... dijo...

Hola Manuel, efectivamente no leí tu comentario en “Sada” porque se ha quedado muy atrás. Bien ya estamos aquí, es toda una sorpresa y un gusto para mí tu paso por el blog y que te haya gustado el escrito, desde ya que podemos contactar y con gusto intercambiar opiniones e información. Por favor envíame un correo a momentosdelucesysombras@hotmail.com
y ya seguimos contacto por mail. Gracias.


Precioso tu post Luna. Un beso.

Taba-re dijo...

Muchos son los que llegan a esa situación de "cliente - proveedor" sin saber.

En este caso... ¿amor imposible?... creo que no.

Muy bueno todo el detalle.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ese como "hacîa" desde "hace" años.. no sé yo...
Genial. Me encantô, los relatos tuyos siempre me gustan.
Un lindo final empañado de melancolîa, soledad y ternura;
Un beso, Angel.

Sr. Miyagi dijo...

Muy bueno. Me gusta la manera e tratar este tema, ajeno a la sordidez habitual. Resulta emotivo, en el mejor de los sentidos. Se te ve prolífico, Angel, cosa que celebro.

Framis dijo...

mmm, muy bueno, y parece que a Lunática le garpan los Martes a las 4 también :)
(muy bueno)

TORO SALVAJE dijo...

Dos edificios en ruinas.
Los martes se soportan un poco más.

Saludos.

Sinuosa dijo...

Mientras leía pensaba que se trataba de un viejo matrimonio. Me sorprendió gratamente.
Ta bueno. El relato, no el amante, jejeje. Lo imagino gordo, fofo, chaporreto y con bigote. Y no sé por qué...